Lo que sucedió entre nosotros fué amor a primera vista, un flechazo, como se dice habitualmente.
La había visto de lejos y no me atreví a acercarme a ella. Siempre he sido un poco tímido, prefiero que alguien nos presente y ese alguien fué el amigo Rubén.
El fué quien nos presentó y quién me contó como era, su línea, su figura, sus cualidades. Lo tranquila que era, lo bién que me iba a tratar. Y no pudo ser de otra forma, me enamoré perdidamente de ella.
Hoy ha sido nuestro primer día juntos, la pasé a recoger temprano, yo iba vestido correctamente para la ocasión, hasta guantes de piel me puse para no hacerle daño. Ella, elegantemente vestida de blanco, me esperaba. Había planeado llevarla de paseo hasta Chinchón, eso me había recomendado Rubén, pero pensándolo bien, siempre me han atraido las curvas así que me la llevé al pantano de Picadas.
Los primeros momentos del viaje fueron tranquilos, atravesamos la ciudad lentamente, me tenía que acostumbrar a ella, y ella a mi. Cuando salimos a la carretera me enseñó todos sus secretos, su suave caminar, su estabilidad, su brío. Aunque no he abusado en este primer encuentro, soy paciente y podré esperar hasta que su corazón se haya acostumbrado a la vida ajetreada, para apretar a fondo y sacarle lo mejor que lleva dentro.
Curvas muy pronunciadas de subida y bajada nos han recibido en el camino a Picadas, y se ha comportado de maravilla. De vuelta difruté del trazado de la carretera de Aldea del Fresno a Chapinería, cuando salimos a autovía se me quedó corta, no lo voy a negar, pero asi debe ser por lo menos hasta que haga los primeros 1.000 Kms.
TGB Xmotion 125, así se llama mi nuevo amor.
La había visto de lejos y no me atreví a acercarme a ella. Siempre he sido un poco tímido, prefiero que alguien nos presente y ese alguien fué el amigo Rubén.
El fué quien nos presentó y quién me contó como era, su línea, su figura, sus cualidades. Lo tranquila que era, lo bién que me iba a tratar. Y no pudo ser de otra forma, me enamoré perdidamente de ella.
Hoy ha sido nuestro primer día juntos, la pasé a recoger temprano, yo iba vestido correctamente para la ocasión, hasta guantes de piel me puse para no hacerle daño. Ella, elegantemente vestida de blanco, me esperaba. Había planeado llevarla de paseo hasta Chinchón, eso me había recomendado Rubén, pero pensándolo bien, siempre me han atraido las curvas así que me la llevé al pantano de Picadas.
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Articulo creado por Gonzalo